Como todos los primeros sábados del mes (esta vez el segundo), la librería cerró sus puertas al público y comenzó el alboroto... esta mesa para allá, esta estantería detrás del mostrador, las sillas, el agua, el micrófono... los concurrentes puntuales y las ganas de escuchar.
Los cuentos no se hicieron esperar... Galeano, la Cabal, García Marquez y el negro Fontanarrosa bajaron vaya a saber de qué estante..., mientras Iris Rivera pesaba y media las palabras y Ema Wolf nos regalaba pensamientos poéticos.
La magia hizo de las suyas y todos se fueron con mariposas en la panza...
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