Dejame que te cuente
miércoles, 1 de julio de 2009
Jorge Diaz
Contar un cuento es un milagro.Algo tan inexplicable como respirar, como abrazar a alguien, como enamorarse.Algo que puede ocurrir sólo de vez en cuando, aunque nunca sepamos si este estremecimiento fue el aleteo de un ángel o una corriente de aire.Porque no es cosa de decir: “voy a contar un cuento”.Porque eso sería como decir: “voy hacer un milagro”.Porque hace falta que llegue su hora y que haya cómplices.El cuento es un misterio que sólo es revelado cuando alguien, tembloroso, se lo cuenta a alguien maravillado.Entonces, cuando lo está contando se produce el prodigio.El narrador regala con su palabra su piel, su sangre, su risa, su amor a corazón abierto.De niños, encerramos unos gusanos en una caja vacía de cartón.Pasaron unos días y al abrirla apareció una nube de mariposas que volaron al sol.Y así son los cuentos: sólo se transforman en el aire, sólo se palpitan en el aliento de ese prestidigitador que es el Cuentacuentos.Jorge Diaz
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