Dejame que te cuente

Dejame que te cuente
El grupo nació en Moreno de la mano de Dora Apo y desde el año 2003 desarrolla una intensa actividad artísitca en la zona Oeste de la Provincia de Buenos Aires. Tiene como principales objetivos difundir la narración oral, la literatura y la lectura, a través de: presentaciones en entidades educactivas de todos los niveles, espectáculos en espacios culturales y trabajo social en el área de salud. Coordinan talleres y seminarios de narración oral destinados a docentes, bibliotecarios, estudiantes de profesorados, agentes de la salud y público en general. Son sus integrantes Beatriz Dasso, Gabriela Rodriguez y Leticia Loray.

martes, 23 de noviembre de 2010

Al respecto de "Lo que Doña Petrona nunca nos contó", dijo Mónica Angelino



Ayer, el día se presentó inestable: calor en la humedad, sol en la tormenta y, con ese panorama, viajé a Moreno, subí unos cuantos escalones (!qué bueno que ando todavía subiendo escalones!) y me encontré con la pequeña gran maravilla de un anfiteatro precioso y en el centro del escenario lo que podría haber sido, sin duda, un cuadro de Frida, ya que me remitió a Naturaleza muerta con sandías. El erotismo en la disposición de las frutas dejó, por un momento, que volviera a mi mente la Rosa brillando; Bastaba ver esa ornamentación de frutas para asociar todo eso con Juan Parodi y entonces, una ya presumía que lo que vendría después tenía que ser ubérrimo, vital y necesariamente jugoso y radiante. A veces las presunciones fallan, se quedan a medio camino y, sorprendentemente, una descubre que todavía hay más lugar para el asombro y que, ese asombro, tiene nombres y apellidos que pueden pasearte por la magia ensortijada de pelos desgreñados, velas y vino. De pétalos montados en sueños de libertades prisioneras en la piel. Por la canela y los clavos como respiración agitada entre harapos de deseo o desnuda e infiel como flores bigámicas. Por la locura de amor que mata con mano de cordero inocente o la libidinosa gula que no tiene más fe que la del orgasmo que empieza entrando por el oído. Todos los gustos sensoriales al servicio del placer contados con la esplendés de quienes no ignoran o ¿sí? su capacidad, narrando, de dar. Convirtiendo, por un rato, la humedad y el calor en gozosa lujuria; el sol y la tormenta eclosionando en la lasciva e inefable voluptuosidad de los sentidos.

Mónica Angelino.

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